top of page

Volver a creer: el camino de Antonio.

Actualizado: hace 3 horas

Todo comenzó con una conversación entre Antonio y nuestro compañero Hugo. Más que una entrevista, fue una charla sincera. De esas que dejan huella.

De esas en las que no sobra ni una sola palabra.


Queríamos compartir su historia porque sabemos que puede ayudar a quien esté atravesando un momento complicado. No es solo la historia de una recuperación física. Es la historia de alguien que decidió no rendirse. Que eligió confiar.

Antonio encontró en la rehabilitación, en su familia y en cada pequeño avance… un motivo para seguir adelante. Y, por último, encontró en el gimnasio un nuevo motor para vivir, para superarse, para volver a sentirse capaz.


Ojalá su historia te ayude y te inspire tanto como lo ha hecho con nosotros.




Antonio, cuéntanos tu historia desde el principio. ¿Cómo empezó todo?

Mi historia comenzó hace once años, en febrero de 2014. Yo era autónomo, trabajaba mucho como camionero y tenía una pequeña empresa de transporte.

Uno de mis tráileres estaba destinado al transporte de hierros. Ese día, estábamos descargando en un colegio, llovía, y como se acercaba la hora de salida de los niños, queríamos terminar un poco más rápido para no molestar.


Fue entonces cuando se escurrió un paquete de hierro de 2.500 kg… y me cayó encima.

Me partió varias costillas, el brazo, la pelvis, la columna… Me quedé completamente atrapado. Gracias a mis compañeros, que entre todos lograron quitarme la carga de encima, pude ser atendido. Estaba inconsciente, pero recuerdo haber escuchado a la gente hablar.


El helicóptero no pudo venir por la lluvia, así que una ambulancia me trasladó hasta otra más preparada del 061 para ganar tiempo. Yo iba despierto, con un dolor terrible. No podía hablar, pero los sanitarios querían mantenerme consciente. La enfermera avisó a mi mujer… aunque ella no se imaginaba la gravedad.


Estuve 28 días en coma, y cada día mi estado empeoraba.

A los médicos les preocupaba el pulmón perforado. Más que las fracturas, necesitaba estar conectado para poder respirar. Tenían que reconstruirme el pulmón, pero era una operación muy peligrosa, porque yo estaba muy débil. Pero si no lo hacían, me moría.

No recuerdo esa operación. Salió bien, pero yo seguía en coma. Poco a poco, fui recuperando la respiración, y con los días… desperté.

Empezaron a hacerme el resto de operaciones. Yo no entendía nada. Además, con la traqueotomía, no podía hablar bien. Me fijaron la columna a la pelvis, una operación que ya me dejaría muchas limitaciones… Pero conseguí recuperarme. Y desde 2014 hasta 2023 estuve bastante bien.



¿Y qué ocurrió después?

En 2023 tuve una recaída. Un quiste que tenía en la médula —controlado hasta entonces— provocó que se atascara el drenaje. Me quedé prácticamente paralítico.

Y te digo una cosa: esto ha sido, para mí, muchísimo peor que el accidente original.

Empecé a perder fuerza, a notar limitaciones. Sabía que algo no iba bien.

Fui al hospital a ver al equipo que me llevaba, y me dijeron que había que volver a operar. Cogí una infección. Hubo más operaciones. Una recaída de la columna rota… Tuvieron que quitarme tornillos, volver a poner otros nuevos…

En total fueron 9 operaciones.

Dicho así suena fácil, pero eso son meses de cama, volver a empezar, perder tu fuerza otra vez…

Y ahí, solo tenía dos opciones: Tirar la toalla… o luchar.




¿Cómo te encuentras ahora?

Estoy bien. Estoy contento. Contento de dónde estoy, sobre todo porque valoro mucho de dónde vengo.

Las perspectivas que me daban eran muy negativas… aunque yo no quería escucharlas. Me decían que no quedaban muchas soluciones, que los médicos ya habían tocado todas las teclas posibles. Incluso llegaron a decirme que fuese pensando en adaptar mi casa… para una silla de ruedas. Porque pintaba muy mal.

Yo no quería creérmelo. Pero en esas noches de hospital sin dormir, uno le da muchas vueltas. ¿Tendrán razón? ¿No la tendrán? Eso me quitaba el sueño. Y aunque intentaba no creerlo… la duda siempre quedaba ahí.


Hoy no estoy como quisiera —pero creo que, en el fondo, nadie está como quisiera del todo. Todo el mundo tiene algo, de una forma u otra. Yo aún tengo varios frentes abiertos: el equilibrio, la estabilidad… pero soy completamente autónomo. Puedo conducir, que es mi pasión. Y estoy muy contento.

Desde febrero del año pasado hasta ahora, la evolución ha sido espectacular. En el día a día no te das cuenta, pero cuando pasan los meses… se nota. Para mí, ahora, esto es mi trabajo. Esto es mi vida. Y tengo todo el tiempo para seguir mejorando.


“Tengo que conformarme porque sé de dónde vengo. Venía de no poder comer, no poder afeitarme, no tener fuerza ni para romper un sobre de azúcar. No podía abrir la puerta del ascensor… ni la del coche. Y ahora noto fuerza. Soy completamente autónomo.”


¿Qué te hizo dar el paso hacia adelante y luchar?

Lo que más me motivaba a intentar salir del pozo tan profundo… era no ser un obstáculo para mi familia.

En ese momento lo era. Me tenían que dar la vuelta en la cama, levantarme con mucho esfuerzo, ayudarme a asearme, a vestirme… Y yo sabía que si no salía de ahí, los próximos años iba a convertirme en una carga brutal para ellos.

Hubo momentos en los que incluso pensé que no valía para nada… Pensé en rendirme, porque sentía que no podía hacer nada. Y ahí me dije: “No sé de dónde voy a sacar las fuerzas… pero voy a intentarlo. Voy a jugarme todo para salir adelante.”

Durante los nueve meses que estuve en rehabilitación en el hospital, me esforcé al máximo. A veces me decían incluso que parara un poco… Y cuando salí de allí, continué aquí, en el gimnasio, trabajando muchísimo cada día.


“El paso que me hizo salir fue el amor por mi familia. No quería ser una carga. Eso me dio la fuerza.”


Y aunque hoy no estoy al 100%, soy autónomo. Puedo hacer tareas, ayudar en casa, venir andando al gimnasio… Me he esforzado mucho para poder estar como estoy hoy.



¿Cómo viviste esa etapa de hospital?

Tuve la suerte de comenzar la rehabilitación en el hospital con un gran equipo: profesionales increíbles, pero sobre todo, personas humanas. Me ayudaron, me animaron… y aunque ha sido un camino muy duro, no quiero olvidarlo.


Lo vivido me ha cambiado por dentro. Te hace ver la vida con otros ojos. Porque cuando estás allí dentro, los problemas del día a día aquí fuera desaparecen.

Allí, en el hospital, el fútbol no importa. El dinero, tampoco. No porque no sea importante —porque sé que hace falta—, pero cuando tu cuerpo no responde, lo material deja de tener sentido. En esas noches sin poder dormir, me venía ese pensamiento:

"¿Y de qué me serviría tener mucho dinero… si no tengo fuerza para mover ni un dedo?"

No es que yo tuviera dinero, ni mucho menos, pero ese pensamiento me rondaba. Que aunque lo tuviera… ¿de qué me serviría?

Por eso no quiero olvidar lo vivido. Porque te cambia. Te enseña a valorar más las cosas pequeñas, a ser feliz con menos. Ahora soy feliz viniendo al gimnasio, dando un paseo, tomando un café tranquilo, ayudando a mi familia.


“Soy rico en tiempo. No puedo hacer todo lo que quisiera, pero sé dónde están mis límites.”


Siento que mi familia me ha dado tanto, que estoy en deuda con ellos. Por eso ahora intento disfrutar cada día lo máximo posible. Desayunar con mi mujer, venir a Planet Life y hacer mi rutina... Eso, para mí, ya es algo increíble."



¿Qué significa para ti venir al gimnasio en este momento de tu vida?

Para mí, venir al gimnasio es una mezcla de muchas cosas: ocio, trabajo, alegría, amistad…

Si algún día no puedo venir, lo echo en falta. Meterlo en mi día a día ha sido muy importante. Forma parte de mi rutina. Es mi rato de escape, sabiendo que es algo bueno para mí, que nadie puede hacerlo por mí. Me engancha, porque siento que cada día puedo hacer más, que tengo más fuerza, que puedo ponerle más placas a las máquinas. Es muy positivo para mí, y ojalá todo el que pueda venir y probar, que lo haga, porque aquí inviertes en salud tanto física como mental.


A mí me ha venido muy bien para mi autonomía, me ha servido para ser autónomo, porque cuando yo entré aquí no lo era. Y ahora lo soy.

Sin estar pendiente de los días, trabajando cada día con mi rutina, llega la hora de vestirme y cada vez lo hago con más facilidad. Para mí, ponerme las zapatillas era imposible.


"Lo haces tú, para ti."


Me alegro mucho de haber tomado la decisión de venir. Recuerdo que entré con muletas… y ahora ya no las llevo.

Al principio me daba algo de vergüenza —pensaba que todo el mundo estaba muy bien, y yo así—, pero venir desde donde venía ya era una victoria enorme.

Por eso estoy tan feliz de haber dado ese paso. De no haberlo dejado. De haber confiado.

Porque cuando miro atrás y veo cómo entré… y cómo estoy ahora… el cambio es enorme.

No podía levantar la pierna. Sentía como si mi zapatilla estuviera pegada al suelo con pegamento. No podía abrir la puerta del ascensor. Ahora, ¡hasta le doy un portazo! (risas)

Las botellas de agua, los cubiertos… se me caían. Ahora como con normalidad. Tengo fuerza. Me siento capaz.

Desde los fisios y terapeutas del hospital, hasta aquí con vosotros… me habéis ayudado mucho.


Ahora intento no perder el tiempo, pero también me permito disfrutar del entrenamiento. Hablar con los compañeros, conocer sus historias… volver poco a poco a vivir mi vida.

Y me lo merezco. Me merezco disfrutar.





¿Y qué tal te sientes aquí con los compañeros?

Aquí es como una familia. Se crean lazos. Nos contamos nuestras historias. Nos desahogamos. Incluso salimos juntos a comer, como hoy. Uno de ellos es Jorge, hemos conectado muy bien.


Jorge, Antonio y German en un evento Planet life.
Jorge, Antonio y German en un evento Planet life.

¿Qué le dirías al Antonio de 2023 en plena recaída?

Lo principal que le diría es: Lucha. Cree en ti.

No te rindas.

Porque ahora, con perspectiva, veo un error que cometí en ese momento: dejé de creer en mí.

Hubo varios meses en los que pensé que quería morirme. Me rendí antes de tiempo. Pero no podemos darlo todo por acabado, porque no lo sabemos. Siempre hay margen. Siempre hay algo que se puede hacer.

"No te rindas. Alégrate la cara. Di tonterías. Cuenta chistes. Porque cuando tú estás mal, la gente que te quiere también sufre."

Y eso me pasó. Como yo no podía remontar, al final lo pagaba con la gente que venía a verme. Y eso no está bien.

Así que también le diría:

"No te creas todo lo que escuchas. Lucha, aunque creas que no estás haciendo nada. Porque el simple hecho de intentarlo… ya es lucha. Cuando estás en esos momentos, no hay otra cosa que hacer: Solo trabajar. Y luchar.

Antonio, no te rindas. No te rindas antes de que llegue la hora.

Con lo que tengas. Con los medios que puedas. Ve al gimnasio. Sal a andar. Busca un camino con bancos, y si te cansas, te sientas. Sin prisas, pero sin rendirse."


Porque yo sé que el venir aquí, a entrenar, siempre me va a aportar. Cada día, hacer un poquito más, sin dolor, pero esforzándome. Si a mí me dicen que en junio de 2025 iba a estar así, no me lo hubiese creído. Hubiera hipotecado mi vida para estar así hablando contigo.



¿Te gustaría añadir algo más antes de cerrar?

Gracias. Gracias a vosotros. Al equipo. A ti, Hugo, que estás conmigo en esta segunda etapa. A Ana, que me acompañó en la primera.

Me habéis ayudado muchísimo. A mejorar. A aprender. A pararme, porque a veces soy muy burro y no quiero parar. A mejorar mi vida. Ya formáis parte de mi familia.

Todos formáis parte de mi recuperación: mi familia, mis amigos… vosotros también.


Y quiero volver a repetirlo:

Hay que creer en uno mismo. Siempre. Aunque creas que no puedes, aunque todo parezca cuesta arriba…

Cree en ti.


German, Antonio, Jorge y Jose en un evento Planet.
German, Antonio, Jorge y Jose en un evento Planet.

De parte de todo el equipo Planet,

GRACIAS Antonio.

Gracias por compartir tu historia, por ser un ejemplo real de superación, de constancia y de lucha. Aprendemos de ti cada día, y estamos muy orgullosos de formar parte de tu camino.




 
 
 

Comments


HORARIO:

ABIERTO DE LUNES A VIERNES:

DE 08:00 A 22:00 HORAS (viernes 21:30 horas)

HORARIO RECEPCIÓN PRESENCIAL:

DE LUNES A VIERNES

DE 08:00 A 13:00 Y DE 19:00 A 22:00

                                                                                                        AVISO LEGAL / POLITICA DE PRIVACIDAD / COOKIES
  

© 2025 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

ÚNICO CENTRO OFICIAL EN ATARFE(GRANADA)

PLANET LIFE,S.L. ha recibido una ayuda de la Unión Europea con cargo al Fondo NextGenerationEU, en el marco del Plan de Recuperación, Trasformación y Resiliencia, para AUTOCONSUMO FOTOVOLTAICO dentro del programa de incentivos ligados al autoconsumo y almacenamiento, con fuentes de energía renovable, así como la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, gestionado por la Junta de Andalucía, a través de la Agencia Andaluza de la Energía.

© Copyright 2025 | Planet life ®
bottom of page